Niños, jóvenes y adultos preparábamos con anticipación el material que se utilizaría durante la semana. El tema de este campo de verano era la exploración en la selva y calculábamos más o menos 60 niños, basados en la asistencia del último campamento que habíamos organizado....
Los adolescentes entre risas y juegos trabajaban duro. Judy decoraba mi bika para repartir las invitaciones a los niños mientras Boris y Andy inflaban globos.
Val y Caro atareadas cosiendo, pegando, recortando. Yo también, eh? pero me daba mi tiempo para tomar las fotos...
Una vez que todo quedó listo nos organizamos por parejas para salir a las calles a repartir invitaciones y globos a todos los niños de entre 4 y 14 años, aunque en realidad, a la mera hora tuvimos niños más chicos y más grandes que esas edades.
Y se llegó el lunes 27! Y fue el más pesado porque no sabíamos cuanto tiempo nos iba a tomar instalar los toldos, las mesas, las sillas, la decoración, el equipo de sonido, la cocina, etc., etc. Ufff! Fue mucho de cargar, subir, bajar, pegar, acomodar, correr de aquí para allá que empezamos ese día muy tarde. Gracias a Dios que los niños -quienes habían llegado antes de la hora señalada- estaban tan ansiosos que soportaron no sólo la tardanza, sino el sol, el calor, a veces la lluvia y hasta el hambre.
Cada día nos aprendíamos un baile en el que Judith, directora del evento, nos enseñaba una coreografía distinta basada en el lenguaje para sordomudos y se presentaba una función con muppets.
Todos los niños bien atentos a las palabras de los muñecos...
...manejados por los maestros titiriteros Shanini, Jennifer y los dos Davides. Si los niños descubrieran el truco... ja, ja!
Los Discípulos con su maestra Claudia. Mi ayudante David tomó la foto.
Los Corderitos con Caro y su ayudante Shanini.
Los Exploradores con su maestro José Luis (mi papito amado).
Los Amigos con su maestra Valeria y su ayudante Jennifer.
Los Mensajeros con su maestra Patty. El ayudante fue Héctor.
Ernesto fue maestro del Taller del Cofre del Tesoro. Todos los grupos pasaron por allí.
Huyyy! La hora del refrigerio! El momento más esperado por los niños al finalizar la jornada. Cada día se preparaba un platillo diferente que todos degustabamos con placer: taquitos, tostadas, sandwiches, galletas con atún, frutas variadas, aguas frescas....
David y Willy, tratando de calmar un poco la sed y el calor de los asistentes.
El cierre del evento tuvo lugar en las instalaciones del templo. Después de cinco agitados días de trabajo en el parque, por fin se entregarían constancias, reconocimientos y premios a todos los chiquillos y también a los maestros.
El campamento llegó a su fin, pero una semilla fue sembrada en esa semana. Llegará el tiempo para arrancar lo plantado y no sabemos si será esa nuestra labor: "Yo planté, Apolos regó, pero Dios dio el crecimiento...", dijo Pablo. Gracias a Dios por el privilegio de servir.