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sábado, 10 de octubre de 2009

Mi Reflejo en el Agua.

Hace ya tiempo que mi bici está detenida en casa. Ponchada desde tiempos inmemoriales, ya no la uso para trasladarme a los lugares a los que necesito acudir.
Es esa falta de liquidez económica la que me impide llevarla al taller a hacérmela reparar, por eso, el día de hoy decidí ahorrarme lo del camión y regresar a casa caminando.
Calculaba recorrer la distancia entre la iglesia (de donde salí, como cada sábado, después de mi habitual practica de panderos) y mi casa en 40 minutos, así que me eché a andar sumida en mis más profundos pensamientos. Tan profundos y absorbentes eran que hasta después de haber recorrido 20 minutos de trayecto reparé en un pobre perro que posiblemente me había venido siguiendo desde que salí. No tenia nada de especial. Era un perro sin dueño; miserable, solo, triste, como esos perros suelen ser. Era un perro vulgar, corriente, amarillo, flaco, mexicano. No tenía un nombre complicado como: Schnauzer, Yorkshire Terrier o Labrador Retriever. Ni siquiera tenía uno...
Intenté hacer que se alejara de mí lanzándole el clásico: Shu!! Shu!! Le grité: No me estés siguiendo! Vete! Pero el sólo me miraba... Y la gente también me miraba pensando tal vez que me pertenecía, que yo era su dueña, que el pobre chucho había salido detrás de mí desde mi casa para acompañarme a donde quiera que yo pudiera ir.
Yo sentía pena por él, pero seguí caminando; ignorándolo y apretando el paso por si acaso se aburría y dejaba de perseguirme, pero no. Ahí estaba: algunas veces detrás de mí, algunas a mi lado, otras adelante, como si supiera a dónde nos dirigíamos, como si quisiera guiarme a "nuestro" destino final.
Después de tres veces que estuvo a punto de ser embestido por los voraces automóviles (Menso! te van a atropellar! le grité.)empecé a sentir pena por él y deseos de acariciarlo, pero no tuve la confianza para hacerlo. Qué tal si me muerde? Además, no vaya a "pensar" que lo quiero, que quiero llevármelo a casa, que quiero alimentarlo, mimarlo, cuidarlo...
Saqué mi cámara y le disparé. Dos, tres, cinco, siete fotos para enseñárselas a Shanini y seguí caminando. Más aprisa cada vez.
Hubo momentos en que se me perdía de vista al quedarse rezagado. Ya se arrepintió y se fue! Qué bien! me alegraba yo, pero enseguida lo veía salir corriendo de entre los matorrales y darme alcance. Me enternecía el corazón y alimentaba mi ego (Un perro me sigue! y no es para morderme como los de la semana pasada.), pero no me iba a convencer más allá! No puedo tenerlo, aunque me siento tentada. Qué haría yo con el? Cinco minutos faltaban para llegar a la puerta de mi casa y estos pensamientos revolvían mi cabeza. Y continuaba: Debo tomar una decisión ya. O lo corro con un patín en el trasero (Pero no me voy a animar! Yo no soy así...)o si mis hijos lo ven lo van a querer conservar y nuestras vidas no volverán a ser las mismas jamás.
Volví a mirar atrás para despedirme, tal vez; para deshacerme de él, quien sabe... Nunca lo sabré ni yo misma. Lo que si sé es que al fijar mis ojos en su lastimosa cabeza de animal me vi a mi misma reflejada en él: "Era un perro sin dueño; miserable, solo, triste, como esos perros suelen ser. Era un perro vulgar, corriente, amarillo, flaco, mexicano. No tenía un nombre complicado como: Schnauzer, Yorkshire Terrier o Labrador Retriever. Ni siquiera tenía uno..."
Sí, yo era ese perro ansioso, necesitado de amor, limosnero de amor, mendigo de amor, arrastrado, rogón, perseverante, pero rechazado, deshechado, pequeño, inútil, fuera de lugar... Una carga, un peso, una molestia. Alimenta-egos, amor de un rato, pegoste, adorno, distractor...
Llorando en mi corazón por haberme sido revelada esa verdad, me volví para mirar con ojos nuevos a ese reflejo de mi ser, pero ya el agua lo había disuelto. Ya no estaba ahí...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

*u*
te entiendo madre mia :3
la vida es cruel nos trata como perros :D
pero yo si te amo :D

VAL dijo...

ash sta chido pero relmente no creo que seas eso tia bobita :p

Anónimo dijo...

hola claudia. La frase "los cobardes nos escondemos en las teclas" es mía. Es un placer que te guste y que quieras utilizarla.