-Así es el amor juvenil, 'má...
Pero yo ya tenia treinta y siete y andaba llorando en cada esquina a causa de un malestar del corazón que andaba queriendo hacer pasar como "estrés".
-Te digo, mamita... acuérdate cómo andaba yo cuando el desgraciado de Boberto me hacía como quería. Seguramente te sientes así, y así, y así...
Y me empezó a dar una larga lista de síntomas con una seguridad y un tino tan asombrosas que yo sólo me preguntaba: "¿Y ésta, qué sabe de eso?"
Y es que ya poniéndome a analizar la situación con más calma, descubro que el amor siempre va a ser juvenil téngase la edad que se tenga porque:
- Sé que lo mismo puede suspirar y llorar un viejo que un joven.
- Yo estaré pegada frente a la pantalla de la computadora esperando que él se conecte y la misma situación se dará con mi hija.
- Cada canción de amor nos partirá el corazón, aunque nunca nos gustaron las cursilerías.
- Todo lo que hagamos ambas lo haremos por y para el motivo de nuestra desgracia: pensando en él, haciéndonos espectativas, soñando sueños de papel.
Y con este descubrimiento un secreto goce me invade por compartir ambas, mi hija de 14 años y yo, un aspecto que muchos juzgan privativo de los adolescentes.
1 comentario:
Pues tu hija es tan hermosa como vos, le regalaste lo más bello que tienes que son tus ojos para enamorarse de la brisa y el amanecer de que todos nos enamoramos cada día. Espero que ella siga tus pasos Hasta el próximo año (mañana)
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