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miércoles, 5 de agosto de 2009

EBDV a la Busqueda del Tesoro en Todo Tiempo!

Dice el Señor Jesus que el que no reciba el Reino de Dios como un niño no entrara en él; y es que hay que ver como son tan entusiastas los niños, tan entregados, tan humildes y tan receptivos, que no faltaron ninguno de los seis dias al Campo de Verano organizado especialmente para ellos en el parque de la Floresta la semana pasada!

En Casa de Oración para las Naciones de Puerto Vallarta nos dimos a la tarea no sólo de entretener a los niños en este largo período de ocio (benditas vacaciones!), sino de darles a conocer a Cristo y las bendiciones que tiene para cada uno; por lo cual nos preparamos antes y durante la semana del 27 de julio al 01 de agosto para brindarles lo mejor que cada uno de los miembros de esta congregación podía darles: conocimiento, amor, diversión y alimento. Todo esto y algo más conjugado dio como resultado la Escuela Bíblica de Verano (EBDV) a la Búsqueda del Tesoro en Todo Tiempo!


Niños, jóvenes y adultos preparábamos con anticipación el material que se utilizaría durante la semana. El tema de este campo de verano era la exploración en la selva y calculábamos más o menos 60 niños, basados en la asistencia del último campamento que habíamos organizado....

Los adolescentes entre risas y juegos trabajaban duro. Judy decoraba mi bika para repartir las invitaciones a los niños mientras Boris y Andy inflaban globos.

Val y Caro atareadas cosiendo, pegando, recortando. Yo también, eh? pero me daba mi tiempo para tomar las fotos...
Una vez que todo quedó listo nos organizamos por parejas para salir a las calles a repartir invitaciones y globos a todos los niños de entre 4 y 14 años, aunque en realidad, a la mera hora tuvimos niños más chicos y más grandes que esas edades.

David fue el afortunado conductor de la "máquina enchulada".
El resto tuvimos que ir a pie. Mis "parejitas" fueron Andy y Boris. Hicieron todo el trabajo por mí!

También tuvimos que despejar un poco el parque, ya que con las lluvias la maleza había crecido bastante, así que a falta de herramientas arrancamos las plantas de raíz.

Andy y Boris queriendo participar, poco a poco lograron limpiar un tramo del terreno.
Y se llegó el lunes 27! Y fue el más pesado porque no sabíamos cuanto tiempo nos iba a tomar instalar los toldos, las mesas, las sillas, la decoración, el equipo de sonido, la cocina, etc., etc. Ufff! Fue mucho de cargar, subir, bajar, pegar, acomodar, correr de aquí para allá que empezamos ese día muy tarde. Gracias a Dios que los niños -quienes habían llegado antes de la hora señalada- estaban tan ansiosos que soportaron no sólo la tardanza, sino el sol, el calor, a veces la lluvia y hasta el hambre.

Todos haciendo equipo, trabajando para un mismo fin.
Una vez que se dio la bienvenida al grupo en general, se procedió a organizarlos por grupos basados en las edades: Corderitos de 4 a 5 años; Amigos de 6 a 7; Discípulos de 8 a 9; Mensajeros de 10 a 11 y Exploradores de 12 a 13 años.

A cada grupo le fueron asignados dos maestros (as): uno para las clases bíblicas y otro para los talleres. En la primera hora se les instruía en la Palabra de Dios y en la segunda cada grupo asistía a uno de los cinco talleres que podían ser cocina, deportes, manualidades, alabanza y el cofre del tesoro.

Judy enseñando a los niños el saludo del explorador: "arriba, abajo, lo buscaré. A un lado, al otro, sé que lo encontraré. La búsqueda del tesoro, en todo tiempo!"



Cada día nos aprendíamos un baile en el que Judith, directora del evento, nos enseñaba una coreografía distinta basada en el lenguaje para sordomudos y se presentaba una función con muppets.

Todos, desde niños a maestros, bailando duranguense para el Señor.


Aquí con Pao, Oscar y David (los muppets). A los niños les encantaban.

Todos los niños bien atentos a las palabras de los muñecos...

...manejados por los maestros titiriteros Shanini, Jennifer y los dos Davides. Si los niños descubrieran el truco... ja, ja!

Los Discípulos con su maestra Claudia. Mi ayudante David tomó la foto.

Los Corderitos con Caro y su ayudante Shanini.


Los Exploradores con su maestro José Luis (mi papito amado).

Los Amigos con su maestra Valeria y su ayudante Jennifer.

Los Mensajeros con su maestra Patty. El ayudante fue Héctor.

Ernesto fue maestro del Taller del Cofre del Tesoro. Todos los grupos pasaron por allí.




Huyyy! La hora del refrigerio! El momento más esperado por los niños al finalizar la jornada. Cada día se preparaba un platillo diferente que todos degustabamos con placer: taquitos, tostadas, sandwiches, galletas con atún, frutas variadas, aguas frescas....

La hermana Escolástica era la encargada de distribuir los alimentos y todos los demás hacíamos de meseros.

David y Willy, tratando de calmar un poco la sed y el calor de los asistentes.

El cierre del evento tuvo lugar en las instalaciones del templo. Después de cinco agitados días de trabajo en el parque, por fin se entregarían constancias, reconocimientos y premios a todos los chiquillos y también a los maestros.

Yo no podía creer que tuvieramos una asistencia así. Se llenó de niños, pero también de papás que los acompañaban.
Y dio comienzo la fiesta con el saludo de los exploradores: "arriba, abajo...."
...y las coreografías! Cada maestro tuvo que bailar con su grupo. Aquí, con mis Discípulos bailando cumbia!
Val embarazadita y los Amigos tratando de seguir los movimientos de Judith.

Algunos de los Discípulos, orgullosos, mostrando su constancia de que asistieron al curso.
Hot dogs y agua de naranja para todos. De las comidas favoritas de los niños.

El campamento llegó a su fin, pero una semilla fue sembrada en esa semana. Llegará el tiempo para arrancar lo plantado y no sabemos si será esa nuestra labor: "Yo planté, Apolos regó, pero Dios dio el crecimiento...", dijo Pablo. Gracias a Dios por el privilegio de servir.