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sábado, 20 de febrero de 2010

lA HISTORIA DETRAS DE LAS COSAS Y LAS PERSONAS

Caminando sobre el puente que permite el tránsito del Pitillal al Centro Comercial Soriana, en la colonia Ex-Haciendas del Pitillal, descubrimos Boris y yo, un desafortunado y cruel hallazgo: Debajo de nosotros, sepultado en las heladas aguas del río, yacía un solitario y blanquecino cuerpo, talvez en avanzado estado de descomposición.  !Pobrecito!, fue la expresión de Boris, que lo avistó primero, y yo, que siempre cargo mi cámara en la bolsa, empecé a tomarle fotos a diestra y siniestra. !No, mamá, déjalo ya!, gritaba Boris, pero yo quería tener evidencia para mostrarla a mi familia cuando llegáramos a la casa de mis papás.
Cuando guardaba ya mi cámara pasó por allí una amiga que no veía hacía mucho tiempo. Con la sorpresa de encontrarla y la charla que entablamos, Boris y yo olvidamos el incidente y no lo volvimos a recordar.  Las fotografías esperaban el momento de ser reveladas al mundo en lo mas recóndito y oscuro de mi congestionado bolso...
No había tenido necesidad de usar mi cámara hasta el día de ayer, cuando asistí a un concierto (del cual hablaré aquí la próxima semana, talvez) con algunos amigos y Valeria, mi sobrina.  Jugueteando antes de que empezara el evento, nos tomábamos fotos  a color, en blanco y negro, en sepia, y luego checábamos que salieran tal y como nosotras deseábamos; o sea, que nos favorecieran.  En una de esas, cuando regresaba las imágenes de la última a la primera, aparecieron las fotos del triste ahogado mezcladas con las de gozo y alegría, en un desgraciado e incómodo contraste.
Valeria y yo, inmediatamente empezamos a armar historias, pensando qué situaciones podrían haber desencadenado tan fatal desenlace en la vida del desconocido individuo.  Yo supuse que  era, talvez,  un loco enamorado que al verse despreciado por su amada, había tomado la determinación de suicidarse saltando desde el puente hacia el río, que al no ser muy caudaloso en estas épocas a pesar de las lluvias, lo había recibido en su duro lecho, causándole la muerte a causa del fuerte impacto con las piedras.
Val dijo que, de acuerdo con nuestros peligrosos tiempos, se trataba de un sujeto al cual una banda de insensibles había secuestrado, torturado y después ejecutado; y para deshacerse del cuerpo lo habían arrojado al río, dentro del cual ahora yacía, solo y desamparado; frío.
Iba a mostrarlo a los demás que me acompañaban cuando dieron comienzo los cantos. Apagué mi cámara y me dediqué de lleno a lo que me interesaba en ese momento.  No pude saber la opinión de los otros; no puedo saber si la teoría de Val o la mía son ciertas o se asemejan un poco a la realidad; lo que si sé es que con seguridad hay una historia detrás de esta foto, como la hay siempre detrás de todas las cosas y las personas...

!Pobrecito!, fue la expresión de Boris, que lo avistó primero...

jueves, 11 de febrero de 2010

Lo Mejor de tu Vida me lo he Llevado Yo!!!!

Si algo hay que me disguste más en la vida en lo tocante a la música son aquellas canciones que con sus letras tratan de desacreditar a una persona gritando a los cuatro vientos que ésta jamás podrá amar a su ex como el desgraciado e incomprendido compositor le amó. Me parece demasiado presuntuoso, aventurado y egoísta creer que soy la poseedora de la pasión más fuerte, pura, desinteresada y sincera del mundo y que nadie mas tendría la posibilidad de ponerse a mi nivel o compararse conmigo en el campo de las artes amatorias.  Esto equivaldría a querer condenar a mi ex pareja a una vida de insatisfacción, dolor y sufrimiento al lado de una persona que "no le va a ofrecer lo que ella realmente necesita" mientras yo, como dice el Sr. Burns de los Simpsons,  "me regodeo en mi crapulencia".
Para muestra una de las canciones más populares de Arjona, que muchas  mujeres y hombres dolidos por alguna ruptura cantan con todo el sentimiento que su torturada humanidad se los permite (Yo no. Yo me lacero con otras porque a mí  Arjona no me gusta para nada):

Dime si él te conoce la mitad,
dime si él tiene la sensibilidad
de encontrar el punto exacto donde explotas al amar.
Dime si él te conoce la mitad,
dime si él te ama la mitad
de lo que te ama este loco
que dejaste en libertaaaaaaad!

O aquella otra, hermosísima, sí, pero del mismo estilo; "Como Yo Te Amo" del gran Raphael, el Divo de Linares, que dice así:

Como yo te amo,
como yo te amo,
convéncete, convéncete,
nadie te amará...

Y como ésas un montón más; hay muchos compositores ególatras...  pero la que de plano sí me puso a meditar en todas las cosas de la vida y del amor fue una hermosa canción que algunos años atrás hiciera famosa el mundialmente conocido interprete español Julio Iglesias: "Lo Mejor de tu Vida".  Digo que es hermosa con toda sinceridad pues  siempre me gustó, pero hace unos días, escuchándola otra vez  después de tanto tiempo que la tuve en el olvido, repentinamente se me revelaron algunos aspectos en los cuales no había reparado anteriormente.
La estrofa que quiero hoy enfatizar es la siguiente:

Lo mejor de tu vida me lo he llevado yo,
lo mejor de tu vida lo he disfrutado yo;
tu experiencia primera, el despertar de tu carne,
tu inocencia salvaje, me la he bebido yo, me la he bebido yo...

En ninguna parte de la canción habla de que nadie más la amará como él la amó; o que nadie le dará lo que el le dio; o que nunca será tan feliz como lo fue con él, o algo por el estilo; !Ojalá fuera así! Para mí resulta todavía más repulsivo asegurar que lo mejor de la vida de una persona es su carne, su despertar sexual, su primera vez, su juventud. Y peor es alardear acerca de ser el primero en disfrutar de estos atractivos. Por supuesto que uno se deleita en estas cuestiones que son de suma importancia, pero el ponerlos por encima de otros atributos que deberían tener un mayor valor es un error, creo yo.
La verdad yo también afirmo que en cada una de mis relaciones, lo mejor de la vida de cada una de mis parejas me lo he llevado yo. ¿Por qué? Porque yo valoro cada uno de los momentos que he pasado con la persona que amo, sin importarme si fui la primera, la segunda o la quincuagésima.  Me llevé lo mejor de su vida simplemente porque tuve la oportunidad de conocerlo, compartir,  y  sí, porque hubo intimidad sexual, pero principalmente porque me amó y lo amé.

Y bueno, este análisis no hace que cambie radicalmente mis gustos musicales.  Las canciones me siguen gustando a pesar de sus mensajes (excepto las de Arjona) porque tienen un buen ritmo o están magistralmente interpretadas o por cualquier otro motivo; pero ahora cuando las canto, ya no salen de mi corazón, sino sólamente de mi boca.  Ya no las hago mías.


miércoles, 3 de febrero de 2010

CANOPY RIVER EN PUERTO VALLARTA

Para olvidarme un poco de penas, problemas, desamores, estrés y rutina me lancé con tres de mis mejores amigas a una singular aventura donde la adrenalina es factor constante y los gritos de ansiedad, desesperación, alegría o miedo no faltan.  Canopy River es una empresa dedicada al Ecoturismo que ofrece, como principal atracción,  las 11 líneas más altas y largas de tirolesa en Puerto Vallarta.  Deslizarse sobre y entre las copas de los árboles de la Sierra Madre y teniendo bajo los pies el hermoso Río Cuale es una experiencia que definitivamente quisiera repetir.  Al concluir la última línea, las mulas transportan a las personas al punto de partida, donde se puede descansar en los camastros al sol o en las hamacas a la sombra; o si el hambre empieza a hacer de las suyas, se puede disfrutar de varios deliciosos y generosos platillos en el fresco y espacioso restaurante del lugar.
Las imágenes a continuación les podrán dar una mejor idea de lo que esta emocionante experiencia es, pero lo mejor es convencerse por sí mismo...


Danny y Val, mientras esperan en la agencia la llegada del camión que nos transportará río arriba, hacia lo, hasta ese momento, desconocido, y por lo tanto excitante.
  
Jude y yo, jugueteando.  Todavía no nos imaginábamos todo lo que habríamos de vivir en lo alto de la montaña.

Ya en el transporte, platicando alegremente y tomándonos fotos.

Algunas fotos de los paisajes que íbamos viendo camino a Canopy.

El río ya no es muy caudaloso en esta época del año; así que nada aminoraría una caída...!

Con el equipo necesario para maniobrar y evitar accidentes.  Listas!

Y aquí va Danny.  La primera línea es la más corta y de menos velocidad, pero por ser la primera sí nos hizo soltar un fuerte grito.

Judith era la más animada.  Saturada de adrenalina quería siempre más.

El peor miedo de Val eran las alturas, pero valientemente le entró al toro por los cuernos.

Yo no quise dejar de probar nada; por lo que me deslicé de cabeza con la ayuda de Noé, uno de los amables guías de Canopy River.  Sí, ésa soy yo!!!

En la última línea, ya para pisar tierra firme, todas nos lanzamos de cabeza al río.  Aquí Valeria.

Daniela le tenía más miedo al agua que a las alturas y gritaba que no la fueran a zambullir.

Yo intentando tocar con mis manos el agua.

Ya sin el arnés y listas para montar  las mulas, no quisimos dejar de captar este final momento.

                                                 
Rumbo al restaurant, Val sobre su mula.  Yo tras de ella montando a "La Avioneta".  Cada mula tenía su nombre.

Los guías despiden al grupo entre bromas y peticiones de propinas, que bien merecidas se las tenían.

Junto con nosotras iba un extenso grupo de chavos y chavas buenísima onda estudiantes del CUC en Vallarta y cuatro gringos que disfrutaron como locos de la excursión.

También hicimos el "Tour del Tequila".  Ernesto nos guió por el camino de los variados sabores y olores del agave azul, dándonos a probar los tequilas de yaca, granada, almendra, chocolate, entre otros exóticos sabores.

La cava estaba llena de los distintos sabores y calidades de tequila y Ernie nos daba precios y nos explicaba cuáles eran las mejores botellas.

Jude y yo queríamos llevarnos la más cara, pero sólo nos ajustó para tomarnos la foto.

Como nos encariñamos con nuestras mulas, nos volvimos a montar para tomarnos la foto de despedida.  You did arriba del "Jocoque".

Danny también montó a "Jocoque".  Les gustó por que era la única blanquita.

Esta ya no era "La Avioneta", pero era la única disponible.  Muy tranquilos animales.

El festín que nos dimos con la comida preparada en el lugar no es la conclusión de la historia, pero si pongo más fotos voy a hacer esto muy largo.

Ampliamente recomendado para los que quieren hacer algo diferente y salir de lo convencional; además de que deben tener la seguridad de que serán tratados con gran precaución y amabilidad por todo el staff.  En verdad, vale la pena!